Tuna Ex Machina - Un sueño mitológico
Del 6 al 12 de abril de 2025, Sagarminaga Atelier formó parte del circuito oficial de 5VIE, dentro de la Milan Design Week. Este enclave, reconocido por su enfoque curatorial y su defensa de la artesanía con alma, reúne cada año propuestas que desafían los límites entre diseño, arte y materialidad poética.
En ese contexto presentamos Tuna Ex Machina, una escultura cinética de 3,2 metros de longitud inspirada en el atún rojo del Atlántico, una de las criaturas más poderosas, veloces y migratorias del océano. La pieza fue exhibida en Via Cesare Correnti, 14 — Sala 1, donde durante seis días respiró ante un público plural: diseñadores, interioristas, comisarios, periodistas y visitantes que cruzaron miradas con ella.
Una criatura que no solo se ve: se siente
Tuna Ex Machina no representa a un pez. Representa un viaje.
Un tránsito entre naturaleza y máquina, entre lo salvaje y lo coreografiado.
En libertad, el atún rojo recorre miles de kilómetros al año, trazando rutas invisibles dictadas por el instinto. Nuestra pieza parte de esa biografía biológica para reimaginarla: aquí, el animal deja de obedecer a la naturaleza y comienza a moverse al ritmo de una lógica mecánica, articulada con precisión.
Tuna Ex Machina se inspira en el Deus Ex Machina, el recurso del teatro griego antiguo: una fuerza repentina que aparece en escena y cambia el rumbo de los acontecimientos. En nuestra versión, no es un dios. Es un pez.
El resultado es una escultura híbrida, confeccionada con esparto tintado, bordados metálicos hechos a mano y una estructura motorizada desarrollada en nuestro taller, que emite una pulsación silenciosa y cadenciosa. El gesto no es decorativo, sino respiratorio. La escultura no ocupa un espacio: lo transforma.
Un diálogo abierto con quienes se acercaron
Durante la semana de exhibición, muchas personas se detuvieron frente a Tuna Ex Machina. Algunas preguntaron. Otras simplemente observaron. Algunas regresaron al día siguiente. Y en cada caso, se produjo algo intangible: un vínculo. Un gesto. Una emoción. Para nosotras, ese fue el verdadero éxito de la pieza.
No hubo pantallas, ni mediaciones. Solo movimiento, materia y mirada.
Lo que nos llevamos
La experiencia en Milán ha sido más que una presentación: ha sido una confirmación.
Una validación del camino que estamos recorriendo como taller: fusionar técnica y emoción, tradición y vanguardia, biología y diseño.
Tuna Ex Machina ha regresado a casa. Pero su latido continúa.
Y con él, la certeza de que el arte también puede ser un organismo vivo.