Tracing the Sea: Un recorrido oceánico para Hermès

Hace algunos meses, Hermès nos invitó a crear un proyecto para su tienda de Paseo de Gracia, en Barcelona. Inspirados en el fondo del mar Mediterráneo y en el tema anual de la maison para 2025, Impulsado por el Dibujo, comenzamos a imaginar un universo donde compartir la devoción por la artesanía y el savoir-faire: el tiempo invertido, la precisión y la memoria de los materiales.

A través de una historia cuya premisa era recorrer el océano,  quisimos  transformar materias vivas —fibra, madera, pigmentos, seda— en formas nuevas que conservan su esencia a través de la búsqueda compartida de una elegancia poética que une tradición y modernidad, siempre abierta a la experimentación.

 
 

Posidonia, arquitecta del Mediterráneo

La Posidonia, nuestro punto de partida. Es la esencia y el sostén de todo el ecosistema marino: crea hábitats, produce oxígeno y cobija a cientos de especies de plantas y animales. Nuestra intervención propone una corriente sensorial en la que la posidonia y la fauna mediterránea dialogan con la colección de Hermès, revelando tesoros escondidos que aparecen y desaparecen entre posidonias, calamares y morenas.

Objetos únicos y simbólicos enriquecen la narrativa del escaparate: un caballo que recuerda a los caballos de Poseidón, un cofre de belleza junto a la nacra como guiño al nacimiento de Venus, sedas que se enredan en el calamar creando ilusiones marinas, o alas estampadas con cartas celestes que convierten a los peces voladores en amuletos, un perfume del mediterráneo.  

El nombre Posidonia evoca a Poseidón. Este es el bosque de Neptuno, que convoca un desfile de centinelas memorables.

 
 

Tracing the Sea — Una instalación de Sagarminaga Atelier

Me gustaría que los visitantes sientan un magnetismo extraño, casi inconsciente, que los obligue a detenerse. Que perciban la inmensidad y la grandiosidad del mar trasladadas al escaparate, y al mismo tiempo el misterio de algo que se oculta y se revela poco a poco, como un secreto sumergido

Gabriela Sagarminaga

 
 

La celebración

Meses de trabajo culminaron en una presentación para los invitados y la familia de Hermès, con quienes pudimos compartir por primera vez las sensaciones de recorrer este océano imaginario.

Un viaje que comenzaba en la entrada de Paseo de Gracia de Barcelona, donde los paseantes se detenían a admirar el pez espada en movimiento; continuaba entre las distintas estancias de la tienda, revelando piezas que emergían entre luces y reflejos, hasta llegar al patio, donde junto al calamar celebramos —bajo una noche de los últimos días de verano— la belleza de lo efímero y la permanencia del gesto artesanal.

En esa noche, el Mediterráneo se volvió dibujo, materia y relato: un espacio donde la naturaleza y la creación se encuentran para recordarnos que toda forma nace del movimiento y de la mirada atenta de quien lo observa.

 
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